Los 15 puntos que demuestran que la Tenerife Bluetrail es un ejemplo de sostenibilidad
La modificación del recorrido para atender las directrices de los técnicos del Parque Nacional del Teide.
Respeto a la capacidad de carga de cada uno de los espacios del Parque compatibilizándola con la seguridad.
Limitación del número de participantes desde la primera edición de la carrera para respetar el entorno tan sensible por el que discurre la prueba.
Salvaguarda de los espacios de especial protección que pudieran sufrir algún tipo de degradación por el paso de los corredores.
Bidones selectivos en los avituallamientos.
Bolsas de tela para los corredores.
Exigencia de que los corredores que atraviesan el Parque Nacional del Teide utilicen bastones con punta de goma.
Identificación de los geles y barritas energéticas con el dorsal del corredor para, en caso de que se arrojen al suelo, supongan su descalificación inmediata.
Obligación de que cada corredor lleve sus propios vasos.
Puesta en práctica de las directrices de la ‘Guía de buenas prácticas para el desarrollo de carreras por montaña en espacios protegidos’.
Transporte colectivo habilitado por la organización hasta el lugar de la carrera que el año pasado utilizaron más de 1.400 participantes.
Estudio de la huella cero de la prueba en 2012, que posteriormente se compensó con la reforestación del equivalente en metros cuadrados.